Una lágrima que recorre los recovecos faciales
en busca de la reconciliación.
Se deja caer poco a poco,ahuyentando la melancolía.
Llorar por llorar es la porfiria del desaliento sin alternativa.
Una lágrima que protege el esmalte de la faz doliente
sin arrebatar la naturalidad del sintiente
se adecua a un plan de vida resarcidor.
Porque son los ojos el receptáculo perfecto
que, como un manantial, hace fluir los sentimientos más flexibles,
confrontando la pose y la falsedad.
Es una lágrima vital la que me acoge,
como un río en su fluvialidad.
Y que reconoce que la vida son dos ríos
que van a dar al mar.
Lo que sigue no es la espuria de la espuma y la sal
llenas de odio siniestro chocando contra un dique.
Sino, un ejercicio vital.
Una lágrima cayó en la arena,
y la quiero recordar,
Dentro de un bucle que transita
entre el bien y el mal.
Es un ejercicio, el llorar,
que emana de todos los manantiales de la aceptación.
La gimnasia de los pómulos, de la boca y paladar
de los más elevados cielos
que renacen sin azar.
Es la contricción perfecta
cuando no se puede nadar
en los manantiales y ríos
de la circunstancia esencial.
Grandes fiordos noruegos,
cataratas voraces niagarenses ,
fuentes ajardinadas y solapadamente puras,
en la naturaleza interior,
como los accidentes acuáticos
si fuesen simiente del perdón,
comparativos y figurantes,
de la belleza mayor.
Esto es, la sensibilidad.
Creo que la catarsis existe,
perviviendo en tal amor,
que perdona y pide perdón,
para allanar los pasos altivos,
y la ira del adiós.
No hay que fraguar a la fragua
de la luna en su ocultez,
miremos lo que tenemos,
desde el hoy y el ayer.
Me gusta dormir en mil playas,
y no despertar jamás,
de este ombligo del mundo,
ahora que los imperios y los santos caerán
en un equilibrio del caos
que nos permite sembrar.
Si lo hacemos escarpando montañas
entre lágrimas exactas,
que no sea, sin más, como quien lanza la primerar piedra.
Y se va.
Porque al final de la recta,
evitamos los segmentos
sin principios ni cénits.
La justicia no es quimera
si también caen falsos testigos
y fiscales sin oficio no dirimen beneficio.
Apelo al Universo
a llorar entre marmotas.
Porque el día interminable
ya no es un castigo del destino.
La esperanza baila mojada
entre lloros jaleando.
Una lágrima que recorre todos los recovecos
significa infinitesimales y miles de lágrimas
que claman al viento.
Bien hallado el instrumento.
Millones de lágrimas eclosionadas.
Millones de lágrimas se vengan al cielo.
Millones de lágrimas.
Lágrimas puras.