Entre una rosa y un clavel
yo me quedo con ambas figuras naturales
que también se significan en un cuadro o un paisaje.
Entre el miedo y el candor,
yo me quedo con los dos,
pues ambos sentimientos,
si bien, ambivalentes,
son como el Eros y el Tanatos,
ciclos de vida dual,
dialéctica, espiritual.
No voy a sprintar,
prefiero actuar según lo que venga,
a la parca decirla que la denuedo,
de momento,
al sol de la mañana,
ofrecerle un regalo de sonrisa
y Oniria, el soñar para mañana.
Día a dia construyo mi epitafio,
desde el nacimiento.
Parafraseando a Boccaccio
hay un decameron diario.