Las noches de blanco satén
son una llave para mí.
Noches desangeladas,
noches esperanzadas,
noches eróticas y amorosas,
noches de blanco satén resarcidas.
Noches de blanco satén.
Parafraseo la gran canción de los setenta,
de ese grupo tan emblemático,
y me lo guiso y me lo como,
y me lo trago,
me lo trago,
me lo trago,
para luego realizar piruetas en alto,
elevándome hasta la realidad plena,
pues ya no importa el imsomnio, el duermevela, o la modorra,
si estoy con él.
En las noches de blanco satén.
Versos muy profundos, Marisa.
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Muchas gracias, mi preciosa y valiosa capitana. Un beso grande
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