
Saber comprender no es fácil.
Ni siquiera saber aceptar.
La ataraxia me guía en este dia,
pacífico de orientación independiente.
De saber resiliente,
en medio de un espumarajo de desafección.
Pues no hay más que recurrir a tu interior,
donde se encuentra el verdadero mar,
el piélago auténtico,
para salvaguardar los recuerdos,
y poder nadar entre un cúmulo de olas arreciadas por el fuerte viento.
Soy mi yo identitario y nada más.
Y ya nada más importa.
Que saber apreciar aun el salitre y los tiburones.
Con sus afilados dientes.
El oleaje que te lleva a tu alma bendita.
·Es lo que espero tan solo.
Bendita vida. Que me das tanto.
A tí si te espero.