Despertarse con Tchaikovsky,
velada mañana,
un café sin encrucijada,
porque ayer fue la armonía
que sustenta la victoria.
Batalles parciales
y tan necesarias,
en procesos vitales,
alegría y amistad.
relativizando sentimientos y emociones,
aceptando sensaciones,
un tac sin condiciones,
que objetiviza la enfermedad,
un riesgo en este domingo,
que recuerda tu debilidad.
Pero es que como dicen
que la música amansa a las fieras,
mi compositor me alienta
en El Cascanueces
a la rutina sistémica.
La semana que viene
sabré lo que deviene,
en esta vida coyuntural
donde importa cada momento.
Y cada momento es vital.
Esta suite me da alegría
y también conocimiento.
Pronto os espero
Vientos Céfiros
que me transportáis a
la isla de la armonía
aunando la esperanza.